Globalización Y Reestructuración En El Agro Mexicano, Los Pequeños Productores De Cultivos No Tradicionales

La creciente importancia que durante las dos últimas décadas han adquirido las hortalizas y frutas en nuestro país es innegable; en 2002 contribuyeron con el 35% del valor de la producción agrícola, y aportaron el 79% de las divisas generadas por las exportaciones de ese sector. Entre los factores que explican dicha expansión se encuentra la crisis de la producción de granos básicos, que ha motivado a productores de diversas dimensiones a asumir el riesgo de producir hortalizas o frutas, con la esperanza de obtener algo más que los costos de producción. Otros elementos han sido las ventajas obtenidas por la subvaluación del peso frente al dólar; la apertura comercial; la creciente demanda nacional y estadounidense de productos frescos; los bajos niveles salariales existentes en nuestro país; la laxa reglamentación en materia ambiental; las mejoras en tecnologías agrícolas y del transporte; y el avance en redes de frío y medios de comunicación .

El estudio de la problemática que los pequeños productores de frutas enfrentan para producir y comercializar sus productos, la incidencia en ella de las políticas públicas nacionales y el entorno global, así como los mecanismos de sobrevivencia seguidos por los productores, es el objetivo central de este libro. Para ello, se analizan los casos de los ejidarios dedicados al cultivo de mango en el fértil valle de Banderas, Nayarit; de ejidarios con huertas de aguacate en el ejido de San Francisco Peribán, Michoacán; y de los comuneros que producen esa fruta en las comunidades de San Francisco Peribán y San Juan Nuevo Parangutirimicuaro, Michoacán. También dentro de esta entidad, se presenta el caso de una organización exitosa de productores de aguacate, la Sociedad Cooperativa de Venta en Común “Cupanda“.