Los Números Sagrados En Las Piedras Calendáricas

El estudio exhaustivo y riguroso de las piezas calendáricas efectuado por Margarita Martínez del Sobral comprueba el saber astronómico y matemático de los sacerdotes-astrónomos mesoamericanos. Las piedras calendáricas de Mesoamérica preservan un acervo de la constante observación y registro de los movimientos celestes realizados durante milenios y transmitidos de generación en generación. Los símbolos, considerados hasta hoy como decoración acompañante de las piezas calendáricas, son numerales con valores temporales, calendáricos o astronómicos, como se verifica con el análisis que la autora hace anillo por anillo de cada piedra, mural o plato donde se manifiesta la confluencia de ciclos astronómicos en cada uno de aquéllos y su relación con el calendario de 260 días.

El presente estudio propone la concepción mesoamericana heliocéntrica de nuestro sistema solar, el orden de los planetas del Sol a la periferia, la forma elíptica de las órbitas planetarias, la exactitud astronómica de los diversos ciclos del Sol, de los planetas hasta Saturno y de la Luna, los eclipses, los solsticios y equinoccios, las grandes eras astronómicas -como la de precisión o suma de cinco eras mayas de 26,000 años-, la expresión sistemática de los números sagrados astronómicos o calendáricos que conducen a la gran era maya de 1 872 000 días, el concepto del año en cuatro formas: el ajustado de 360 días, el del inframundo de 364, el común de 365 y el año trópico exacto de 365.2422 días, y a su vez todos estos ciclos engarzados y relacionándose con el tonalpohualli, calendario sagrado de 260 días. Los números sagrados en las piedras calendáricas mesoamericanas constituye el tercer título de la trilogía conformada con Geometría mesoamericana y Numerología astronómica mesoamericana en la arquitectura y el arte (Premio Caniem al Arte Editorial 201 y Premio de la XVII Bienal de Arquitectura de Quito, Ecuador, 2010), obras reunidas ahora, con la calidad editorial que las distingue, por Plaza y Vales.