Los Gnomos No Tienen Bibliotecas

Livia Sedeno en dos tiempos y en uno: en dos libros y una obra: Livia y Livia. Livia Sedeno parece un pajarito a punto de quemarse, pero un pajarito rojo, consumido por un fuego interno que la incendia toda. Así comienza Elena Poniatowska su prologo a la edición de 1973 del primero de los libros de este volumen. Poniatowska continua: Cuando me entrego su los gnomos no tienen bibliotecas pensé que era su autobiografía (...) Pero no, o al menos lo hace a su modo(...). Livia recurre a una simbología que responde al medio ambiente mágico en que vivo, al aforismo, proverbios, fabulas, moralejas (...). En Matar la muerte Livia canta el encuentro con la certeza ineludible que nos comparte. Anunciación sencilla y táctil. Livia frente a la muerte, con el amor y la lluvia y el espectro febril de sus insectos. En “Estremecimiento“ Livia ;a nombra y la asume Muerte mía para siempre. Finalmente, en Para Morir, después de ir y regresar en esos cuatro textos de finitud. Livia Sedeno, en México, en 1985, entra al olvido, a su propio olvido, con el amor como pasajero semejante y distinto en su viaje.