Dialéctica De La Unidad Y La Diferencia En Un Contexto Latinoamericano

Hay un párrafo de los Cuadernos para una moral, de Sartre, que junto con los de Niklas Luhmann, comentados ampliamente en este libro, da una idea adecuada de los alcances generales, y no sólo latinoamericanos, de la problemática actual de la unidad y la diferencia, en el área de las ciencias humanas: “La historia es el otro, lo que difiere de sí mismo. Por ello, puede aparecer como dialéctica, lo uno que incluye siempre lo otro y que deviene lo otro“. Así ha concebido siempre Joaquín Sánchez Macgrégor su filosofía de la historia latinoamericana a partir, sobre todo, del volumen acerca de Bolívar. De ahí que los pares de conceptos —y hechos— en contraposición, hayan desempeñado un papel decisivo: curso/discurso, poder/contrapoder, dialéctica/antidialéctica, y aquí, en este libro: maquiavelismo/antimaquiavelismo.

En función de esto, hay una relectura diferente de discursos políticos latinoamericanos, clásicos y contemporáneos, con la preocupación constante de renovar el imaginario de las izquierdas, teórico y práctico. Pero abarca más la utilidad de la propuesta macgregoriana, desarrollada a lo largo de sus diez últimos años de vida académica; cada uno de los pares de principios supuestamente antagónicos, cuyo número es indeterminado, ostenta una dinámica de mediadores entre opuestos que debe descubrirse en cada caso. Se abre, entonces, un campo virgen susceptible de aprovecharse en el análisis y en la práctica políticos, así como en los estudios historiográficos, literarios, etc. De hecho, se detecta su presencia, aun cuando no los utilicen por sus nombres, en los grandes de ambas disciplinas, a partir de los clásicos como Braudel, en la historia, Bajtin, en la estética literaria. No hay pues exageración alguna al señalar algunos alcances de la investigación de Macgrégor.