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México tiene una larga tradición en la producción de metales preciosos y a lo largo de cuatro siglos ha tenido una relevancia significativa en el crecimiento de nuestro país. El oro y la plata han sido el motor de desarrollo en una gran cantidad de ciudades y han despertado el interés de propios y extraños para continuar hurgando entre sus ventas. Desde la época colonial hasta nuestros días, la industria minera has ido muy redituable, ha satisfecho la demanda internacional y ha generado una derrama económica de enorme valía. A grandes líneas, el sistema de avío, los bancos de rescate, la formación de compañías, la inversión extranjera y el mercado de acciones constituyeron los principales instrumentos financieros. Sin embargo, falta estudiar muchos aspectos relacionados con el crédito y el financiamiento. En general, sabemos mucho más sobre cómo operaba el crédito eclesiástico y los mecanismos utilizados por los hacendados y comerciantes para acceder a los préstamos, en comparación a las prácticas utilizadas para proveer de recursos económicos a la industria de los metales preciosos y este libro tiene como objetivo contribuir a resolver esa carencia. Sabemos que la explotación de esta veta abrirá nuevos caminos a la historia económica.
Ficha técnica
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