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En este trabajo, la violencia masculina y particularmente la homicida, es el eje ordenador desde sus primeras manifestaciones juveniles y posteriormente en la edad adulta. Se analiza también su vinculación con las adicciones y principalmente con un entorno propicio para su expresión. No se busca mostrar una visión condenatoria o prejuiciada sobre una forma exacerbada de violencia que tiene como resultado la pérdida de la vida para una persona y de la libertad para otra. El objetivo más bien es exponer cómo las condiciones de exclusión social, pobreza y pérdida de confianza en las instituciones, que tradicionalmente se asumen como sostén del tejido social, se ven incapaces de dar sentido a la experiencia vital de algunas personas desde la más temprana edad, llevándolas a construir en la ilegalidad un sistema de valores distinto al hegemónico.
A ello se agrega el análisis sobre la construcción social de las masculinidades sustentadas en el riesgo, el dominio de otros y finalmente en la violencia homicida. Quienes transgreden la norma del “no matarás” responden a contextos complejos en los que la familia, la escuela, la sociedad o el estado no han logrado plantear alternativas viables para un acceso equitativo a las oportunidades y a un modelo de masculinidad distinto.
Ficha técnica
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