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La autora esparce sus letras y juega con los ritmos, inspirándose en Georges Bataille, en Jean Baudrillard y otros autores que escriben sobre erotismo y seducción.
El libro describe cada una de las fantasías de la autora, sus viajes y su relación con el amor.
Elena nos muestra que en su poesía el erotismo es un factor fundamental, donde conviven la muerte y la sexualidad.
Para ella, el infinito representa la discontinuidad de la materia que trata de ser finita; la poesía reta a lo económico de la materia. El tiempo se presenta de forma espiral, por la que la vida y la muerte nunca son lineales.