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El quinto centenario de la llegada de Colón a tierras americanas suscitó infinidad de expresiones, unas en pro, otras en contra. Ente todas ellas hacían falta la palabra que, desde el interior del mismo cristianismo, sin resentimientos ni anticlericalismos dieciochescos, se contituyera en una crítica o, más bien, enuna autocrítica del mismo cristianismo.
Este trabajo spira a ser eso, una autocrítica airada, al mismo tiempo que dolida por lo que con la religión de la iguldad y del amor se pudo hacer en todo un continente.
Es un trabajo que presenta muchos blanos a incontables críticas; pero a una cosa es innegable: es un trabajo documentado. En él cobra un aspecto no considerado hasta hora la figura de los frailes defensores de losindios pero defensores también de la conquista . Entre ellos se destaca Fray Bartolomé de Las Casas, quien sin ser ciertamente un santo, llegó a alturas de humanitarismo muy superior al de los más santos, comoel franciscano Motolinía,
He aquí una voz no del todo repetitiva de lo que tantas voces han dicho a propósito de este quinto centenario.